La dama del polvo: “Mi madre era mucho más que esa foto que la volvió inmortal”

Texto: Isabella Rolz

Noelle Borders tenía 8 años cuando la imagen de su mama, cubierta de polvo, dio la vuelta al mundo. Marcy Borders murió en 2015 por un cáncer provocado por las toxinas que aspiró durante el derrumbe.

Isabella Rolz

Actualizado al 10/09/2021 10:47

Noelle Borders (28) recuerda claramente los atentados del 11 de septiembre de 2001, un día de pánico e incertidumbre para ella y el resto de su familia. Es la hija de uno de los rostros más emblemáticos de la tragedia, una mujer negra que pasó a la imortalidad como “la dama del polvo” por una fotografía capturada en el momento justo.

La imagen es potente e inolvidable: sintetiza el horror, la desesperación y, al mismo tiempo, la supervivencia. Noelle tenía tan solo ocho años aquel día en casi pierde a su madre. Estaba en tercer grado de primaria. “Mi maestra nos mostraba las noticias todos los días y en ese instante cuando enciende el televisor: ¡Vimos caer las torres!”, comparte. “Yo no sabía que mi madre trabajaba en el World Trade Center. Ella me había comentado que tenía este nuevo empleo, del que estaba muy emocionada… realmente yo era muy chica”."Lady Dust", un icono del 11-S. Marcy Borders murió de un cáncer que atribuyó a la inhalación de sustancias tóxicas. AFP

“Lady Dust”, un icono del 11-S. Marcy Borders murió de un cáncer que atribuyó a la inhalación de sustancias tóxicas. AFP

Su madre, Marcy Borders, fue una de las sobrevivientes de los atentados, quizás uno de los individuos dentro de las torres con mayor suerte. Ese 11 de septiembre era su primer día de pago, ya que recientemente había logrado conseguir un puesto como asistente legal en el piso 82. Por eso no estaba consciente de las precauciones de seguridad y no sabía que, en caso de emergencia, debía ir al interior de un pequeño cuarto.

“Cuando empezó a temblar, su jefe dijo que se tranquilizara porque estaba asustando a todo el mundo”, dice Noelle. Sin embargo, la reacción de Nancy fue empezar a bajar las escaleras y correr. “Hubo un momento en que pensó que no sobrevivía, pero un hombre detrás de ella la empujó”. Fue entonces cuando al terminar de bajar las escaleras en una carrera desesperada, escapando de un derrumbe que se le venía encima, “empezó a limpiarse el polvo de su rostro y el fotógrafo capturó la famosa imagen”.Noelle Borders, la hija mayor de Marcy Borders (La Mujer del Polvo), sostiene la foto de su madre el 11 de septiembre del 2001. Foto Adriana Groisman

Noelle Borders, la hija mayor de Marcy Borders (La Mujer del Polvo), sostiene la foto de su madre el 11 de septiembre del 2001. Foto Adriana Groisman

Noelle y Marcy eran muy cercanas. Su hija la describe como el tipo de madre que, sin importar la situación, siempre estaba pendiente. Es por esto que el día de la tragedia, Noelle recuerda sorprenderse al ser la única niña sentada en clase. Al resto de los alumnos sus padres los habían recogido rápidamente de la escuela esa mañana. “Empecé a ponerme nerviosa y a preguntarme ¿dónde está mi mamá? Sé que se fue a trabajar, pero esto es algo serio que acaba de pasar”.

Cuando su tía la recogió, Noelle empezó a llorar. Entendió que su madre estaba en las torres. “Al llegar a casa todos en mi familia eran un manojo de nervios”, dice. “El teléfono no paraba de sonar, pero no tenía autorización de responderlo, o que viera las noticias en el televisor”. De pronto, cuando sus familiares salieron de la casa para evitar que Noelle escuchara, la niña logró atender una llamada. “Recuerdo que de alguna manera mi madre pudo agarrar un teléfono público y lo único que hizo fue gritar y llorar, eso me hizo llorar a mí también. Y aunque no nos dijimos muchas palabras en ese momento, mi corazón estaba tranquilo sabiendo que ella estaba bien”.

Marcy Borders en 2014. / AFP

Marcy Borders en 2014. / AFP

El día de los atentados, Marcy logró llegar a su casa a las 21, sin necesidad de atención médica. Su hija recuerda que su madre estaba extremadamente nerviosa y ansiosa; características que adoptó después y jamás pudo dejar atrás. Después del 11 de septiembre “no quería salir a la calle, nunca volvió al trabajo o a estar entre grandes multitudes”, dice Noelle. Incluso, tardó varios años en volver a viajar de Nueva Jersey a Manhattan. Todo le recordaba a aquella mañana en la que su vida iba a cambiar para siempre y se levantaría al día siguiente convirtiéndose en una de las figuras del horror.

Ver la foto de su cara en periódicos famosos de todo el mundo la puso muy nerviosa, describe Noelle. Entonces, como varios de los sobrevivientes de los ataques, empezó a buscar las drogas y el alcohol para ocultar su trauma. “Pero como mi madre siempre fue mi mejor amiga, independientemente de lo que estuviera pasando, jamás me permitió ver esa fase de su vida”. La joven comenta que se enteró de este tipo de problemas años después.Noelle Borders, la hija mayor de Marcy Borders. Foto Adriana Groisman

Noelle Borders, la hija mayor de Marcy Borders. Foto Adriana Groisman

En agosto del 2015, “la dama del polvo” falleció a sus 42 años por una especie de cáncer en el estómago, provocado por los químicos a los que su cuerpo estuvo expuesto ese día. “Cuando mi madre se enteró de que su enfermedad era terminal me preparó mentalmente para cuando se fuera”, cuenta Noelle. “Recuerdo que nuestro último día de la madre me dijo que esa sería nuestra despedida. Yo decía, ¿de qué estás hablando?, deja de expresarte así”. Marcy murió pocos meses después.

Para Noelle y sus familiares, los meses de agosto y septiembre son difíciles pues les traen recuerdos traumáticos, complejos y difíciles de explicar. Sin embargo, este 11 de septiembre que se cumplen los 20 años de los atentados, Noelle quiere compartir que a pesar de que para el mundo su madre será por siempre “la dama del polvo”, para ella, siempre será su mejor amiga. “La recuerdo como el personaje dulce y optimista que ella era ante mis ojos. Quiero agradecerle por siempre ocultarme su peor etapa, y, al contrario: apreciar, amar y sacar adelante a su hija”.

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